La evaluación del profesorado en Estados Unidos

¿Qué es la evaluación del profesorado en Estados Unidos? ¿Qué aspectos son los que se evalúan? ¿Qué pasa si “suspendes”? Mi experiencia como profesor evaluado se reduce a dos cursos en un High School americano. Al principio es un poco intimidante, pero te acostumbras y lo acabas encontrando  normal, además no te piden nada que no entre dentro de la lógica del día a día de la clase o de la ley.

Fui profesor visitante en Indiana durante los cursos 2017-18 y 2018-19 y en Estados Unidos es algo habitual evaluar en el aula al profesorado mientras lleva a cabo su actividad docente. Efectivamente se te mete el Principal (el director) en clase a evaluar. Se sienta con el portátil en la última fila del aula y se la pasa tomando anotaciones de absolutamente todo, pidiendo una copia de cada papel que les daba a los niños y preguntando a veces -al ser español-  por determinadas instrucciones.

Unas veces estuvo 15 minutos y otras todo el periodo de clase. También hubo ocasiones en las que entraba por curiosidad a ver qué hacíamos, sobre todo si pasaba por el pasillo y veía que estábamos con canciones o algún video.

Hay una rúbrica de evaluación del desempeño

Recuerdo el primer día que me dice el Principal que se va a meter en mi aula varias veces a lo largo del año a ver cómo imparto clase y evaluarme, y yo le digo que eso me va a poner bastante nervioso. Me pregunta que cómo se evalúa a los profesores en el sistema educativo español. Le digo que no existe una evaluación estandarizada y me mira con cara rara y me pregunta “y ¿cómo sabe el director si los profesores están siguiendo la ley, o si están haciendo cosas que poco tienen que ver con la asignatura, si está evaluando las actividades, si hay planificación, o si están impartiendo la clase, en definitiva, según la ley española?”. “Se les supone la profesionalidad”, – contesté con media sonrisa pero dándome cuenta que tenía toda la razón.

Si nosotros criticamos a las administraciones cuando decimos que legislan para niños rubios de rizos con alitas de ángel, buenas intenciones y ganas de estudiar ¿no estaremos engañándonos pensando que todos los profesores son unos auténticos profesionales con ganas de enseñar, conocedores de la ley, empáticos y trabajadores cuando sabemos que los hay que no?

Le pregunto a mi Principal que si yo puedo saber qué es lo que tengo que hacer bien, de qué se me va a evaluar y me enseña una rúbrica que es totalmente pública, conocida por todos los profesores del estado y que acabo leyendo con atención. Me aconseja sobre todo que se vea que cada sesión está planificada, que tiene su porqué y su para qué, que no es en plan “¿por qué página íbamos?”, o “¿qué nos queda por corregir de el otro día?” que tengo controlado (planificado) todo lo que se va a hacer y otra serie de cosas que me enseña en la rúbrica y que os paso a detallar a continuación.

Planificar y replanificar según las calificaciones

El primer gran punto se centraba en desarrollar un plan de estudio y especificaba construir unidades de estudio significativas, evaluaciones continuas y un sistema para rastrear el progreso de los estudiantes, así como planes para adaptaciones y cambios en respuesta a la falta de progreso del estudiante. Es casi lo que se nos pide en la ley española, algo lógico, una programación general y otra de aula.

Pero vamos a ver cómo se observaba esto en el aula a lo largo del curso

Se miraba si utilizábamos la información de las evaluaciones para planificar, es decir con la información que nos proporcionaban las notas poder ir modificando nuestra programación y se esperaba que usásemos datos de evaluaciones (ejercicios, controles, exámenes) para formular objetivos, planificar unidades didácticas, etc. En definitiva que tu clase no fuese como el sargento de los marines que va corriendo y que me siga el que pueda y el que no pueda que se vaya del ejército. Además teníamos que tener mínimo 16 calificaciones por alumno cada evaluación, así que sí que verificábamos por narices si los alumnos estaban aprendiendo como habíamos programado.

Importantísimo era que los alumnos supiesen qué iban a estudiar y para qué. Eso estaba anotado todos los días a primera hora en la pizarra y tenía que ver también con tu planificación, con tu programación.

Esa programación se hacía “para atrás”: quiero que al final del trimestre, por ejemplo, sean capaces de hablar entre ellos  respondiendo  y formulando preguntas sobre información personal. A partir de esto te preguntabas ¿cómo voy a evaluar si son capaces, con qué herramientas,,pruebas o actividades me aseguraré que saben hacerlo? Pues con un examen por ejemplo. Seguías para atrás y te preguntabas qué necesitarían saber para poder completar con éxito esas actividades o exámenes? Pues vocabulario, construcciones con interrogativos, etc y ¿Cómo voy a hacer para que se lo aprendan? ¿cómo voy a controlar que se lo han aprendido? Y así sucesivamente hasta que llegabas al principio que podría ser  “ser capaces de  saludar” y la pregunta ¿cómo voy a saber que lo saben hacer? ¿qué necesitan para poder llevar a cabo esa tarea?.

Impartición de las clases

De tu modo de trabajar en la clase, de tu estilo a la hora impartir la materia se miraban bastantes aspectos, pero nada fuera de lo común. Una de las cuestiones que se observaban, aunque parezca absurda, es que demostraras que conocías la materia que estabas impartiendo y que pudieras explicarlo de mil maneras.

También que tu explicación tuviese un fin, una finalidad, que estuviese orientada a un objetivo, que no fuese explicar esto o lo otro porque lo dice el libro y que fueses capaz de modificar el modo de cómo estabas enseñando esa lección dependiendo de cómo los alumnos estuviesen respondiendo a esas expectativas que tenías en tu programación. Lo ideal es que la mayoría alumnos sepan qué es lo que están estudiando y para qué, qué finalidad tiene.

Podría ser una pregunta del Principal a un alumno para ver si saben qué están aprendiendo y para saber si tú también tienes control de la materia y sus implicaciones En este sentido también se valora que vayas comprobando si se está entendiendo lo que explicas, lo que están haciendo, y tengas recursos para explicar las cosas de distinta manera dependiendo si se te está entendiendo o no.

Otro aspecto interesante es el intentar enganchar a los alumnos a aquello que estás impartiendo, que estén atendiendo, que les interese, que haya, en definitiva, un clima de trabajo en el aula ausente de disrupciones y de pérdidas de tiempo.

Liderazgo

En este apartado ya no se trataba de la actividad dentro de la clase sino que eras tú mismo el que contestabas a unas cuestiones, en plan «memoria de fin de curso». Una de esas preguntas es de qué manera contribuyes a la cultura del centro, que tiene que ver con tu grado de implicación en las actividades desarrolladas en el colegio tanto dentro del horario como fuera del horario (hay que entender que el High School es el centro de la vida social de los adolescentes y del ocio de las familias). Aquí tenías que explicar cómo o qué habías hecho al igual que en un punto en el que se te pregunta sobre la colaboración con tus compañeros.

Dan mucha importancia también a la formación así que había que explicar  cómo te has seguido formando y no vale solo la formación ofrecida por el centro, en Indiana había varios días que se podían coger para formación, convenía cogerlos.

Otro punto al que dan mucha importancia es al contacto con las familias y en consecuencia hay un item en el que tenías que explicar cómo habías involucrado a  las familias en el aprendizaje de los estudiantes.

Profesionalidad

Las cuatro últimas cosas que se evaluaban era las ausencias y retrasos, el respeto a todos los miembros de la comunidad educativa y, sobre todo, el seguir los procedimientos y políticas del centro, es decir, que si dicen que el jueves a las cinco hay que tener metidas las notas las tienes metidas o que si dicen que hay que llamar a los padres cuyos hijos sacan menos de un 6, tú llamas y lo puedes demostrar.

Opinión personal

Al principio me resultó extraño, pero acabas teniendo una herramienta de actuación y de trabajo que da orden y unidad  a todo el claustro. Eso de estar todos a una era lo más normal, nadie o casi nadie iba a su bola. Tú sabes cómo quieren las cosas y cómo las tienes que hacer.

Y ¿qué pasaba si la evaluación era negativa? El primer año no se te aplicaba la subida de sueldo que te correspondería y significaba que al año siguiente tendrías más evaluaciones y meets con el Principal, con la orientadora, se te mandaría  a tener  formación…  y si aún así la evaluación es negativa, se te despediría (no existen los funcionarios de oposición).

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